Algunos tumores espinales, benignos o malignos, requieren intervención quirúrgica antes o después de tratamientos no quirúrgicos, como la radioterapia.
La cirugía se considera para los tumores cuando el dolor no responde al tratamiento no quirúrgico, se hacen presentes los déficits neurológicos como perdida de la fuerza muscular en las piernas o brazos, perdida de la sensibilidad, la pérdida del control para orinar y defecar.
Es entonces necesario hacer una cirugía por varias razones:
- Tomar una muestra de tejido para biopsia, y descubrir el diagnostico.
- Descompresión: Si hay compresión, quiere decir que la medula esta apretada, el canal por donde pasa la medula espinal se ha cerrado mucho, estrangulando el tejido bueno y de esta manera causando daño.
- Si este existe destrucción del Hueso, se ha dañado alguna vertebral o vertebras y es necesaria la estabilización de la columna.
Los objetivos principales de la cirugía son:
-Restaurar o preservar la función de las neuronas (poder moverse, preservar sensibilidad de la piel y el control de los esfínteres para orinar y defecar)
-Reducir el dolor.
-Brindar estabilidad a la columna.
La médula espinal y sus estructuras asociadas son sitios raros de aparición de tumores. Sin embargo, si podemos encontrar tumores en la medula espinal.
Los tumores más comunes que se desarrollan a partir de tejidos dentro de la médula espinal se conocen como astrocitomas o ependimomas.
Los tumores también pueden desarrollarse a partir de los tejidos de sostén de la médula espinal y los nervios, como schwannomas, neurofibromas o meningiomas.
Muchos de estos tumores son benignos y es posible que no se extiendan más allá del canal espinal. Sin embargo, debido al efecto compresivo sobre los elementos neurales, estas lesiones pueden producir un déficit neurológico significativo. La terapia complementaria en forma de radiación o quimioterapia tiene poco efecto.
La resección quirúrgica se considera el tratamiento de elección.